sábado, 20 de octubre de 2007

Me desahogo porque el mundo me provoca



El viento sopla fuerte. Anda poca gente por la calle. Pero al a ese aire potente los “Fifty” lo reciben con una sonrisa amplia y le ponen el cuerpo. Bailan Hip-Hop y sus cuerpos se mueven al son de “me desahogo porque el mundo me provoca”.

Tienen sus apodos: “Fifty”, “Químico”, “Don Omar”, “Banana”. Y Luciano que es llamado por su nombre. Tienen entre 13 y 17 años, y se mueven como pocos. Ensayan tres horas por día en el
Anfiteatro del canalito y no les gusta pasar y verlo “solito” porque para ellos es su “templo”
Eligen el baile porque “les estiliza el cuerpo, porque es algo que pocos hacen y es diferente y porque una persona que no tiene la práctica no lo puede hacer” dice “Fifty”. Para “Quimico” “es una manera de alejarse de esas cosas que tanto mal le hacen a los pibes, tomar, drogarse, robar”. “Hace bien al alma” afirma “Don Omar”.

Su aprendizaje se basa en ver videos, y al mismo tiempo hay muchas personas que están bailando y que les ayudan a sacar pasos. Pero hay otros que les ponen trabas. Obstáculos como romperles el enchufe para el grabador, pero el municipio se los arregló. Todos felices.

La charla había avanzado y en eso se acerca un chico, estira las manos hacia delante. Saluda. Es Luciano que llega un poco más tarde al ensayo porque vive en J.J Gómez. Para Luciano el Hip-Hop es una mezcla de sentimientos “cuando estoy feliz bailo y bailo, cuando estoy triste escribo”. “Pero también es esfuerzo, entrenamiento y ganas” afirmó”

Manifiestan todo lo que sienten a través del baile. Y lo comparte con gente que diariamente va al canalito a disfrutar de un paseo y de paso a verlos dar vueltas en el piso, girar sobre su cabeza y otros saltos y pasos que lo diferencia y los llena de orgullo.

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